sábado, 5 de septiembre de 2009

Es momento de decir adiós

La Prensa. 5 de septiembre de 2009.
OPINION

Por: Dr. Joaquín Perurena D.
Asumir las culpas

El PRD paga hoy la miopía histórica de haber entregado el partido a un secretario general que desconocía su historia, su fundamento ideológico, su adhesión a la Internacional Socialista y la vocación socialdemócrata que fue la génesis de su fundación. La aventura nos ha salido cara. Martín Torrijos trabajó para la oligarquía que en su momento su padre desplazó por corrupta y le sirvió sin chistar.

En un solo período se alejó de todo grupo que significaba la plataforma del partido: el pobre, el estudiante, el campesino, el indígena, la clase media que paga impuestos exorbitantes, los obreros, el universitario y los intelectuales. Aún así no se da por enterado, y no entiende, o no le importa, el futuro del partido.

Por supuesto que carece de la gallardía para enfrentar la derrota del 3 de mayo y asumir la responsabilidad por la misma. Si así lo hiciera, se detendría la fiesta de nuestros adversarios que ven en el inexacto actuar de nuestro secretario general la oportunidad para destruir al colectivo definitivamente.

Más de 500 mil panameños votamos por el PRD. Gente que entendió que un matrimonio entre Cambio Democrático y los arnulfistas, fraguado en la embajada de EU, no podía ser bueno. Gente que entendió que, los avances sociales del torrijismo, hoy opacados por las nubes de dudas que sobrevuelan a Martín, podrían peligrar. Gente que entendió que, aún ante oídos sordos del secretario general, inaccesible en su condición de Presidente de la República, vimos el futuro con “luces largas” y apoyamos al partido.

La membresía ha perdido la confianza. Y sin confianza no hay nada. Por eso este momento es tan importante. Dilatar las decisiones sólo nos llevan a un barranco de mayor profundidad. Martín Torrijos debe renunciar a la Secretaría General. Debe asumir la derrota, despojarse de toda inmunidad y enfrentar, desde una condición de ciudadano, no de secretario general, no de diputado del Parlacen, lo que le venga. Sólo así daría paso a la posibilidad del partido de concebir una nueva ruta, de airear el ambiente y de hacer una oposición de cara a la derecha fundamentalista que actualmente ocupa el Palacio de las Garzas.

Entiendo que esto es mucho pedir. Entiendo que otros ya se lo han dicho. La historia pocas veces ofrece salir por la puerta ancha como en esta ocasión se le presenta a Torrijos Espino. Se lo debe a su apellido, se lo debe al país y, sobre todo, se lo debe al PRD.

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