
Ebrahim Asvat easvat@elsiglo.com
Los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de mayo ya parecen estar definidas. La constante que ha mantenido el candidato presidencial Ricardo Martinelli y el amplio margen de distancia frente a su contrincante Balbina Herrera me quita cualquier duda sobre quien será nuestro próximo Presidente de la República.
Pasó lo que manifestamos en bitácoras anteriores. Balbina Herrera, al ser impulsada por algún sector empresarial y por altas figuras de su partido, incluyendo altos personeros de la esfera gubernamental, la hicieron caer en una zanja. Este fue el mayor despropósito que se le puede hacer a una figura pública. Tenía su Alcaldía de Panamá asegurada. La marearon y allí están los resultados, a escaso un mes de las elecciones. ¿Hubiese podido ser diferente? Yo creo que sí.
Estas elecciones la decide la oposición, porque la candidata polarizó al país. Con otra figura, al PRD le hubiera podido ir mucho mejor. Lamentablemente los analistas y estrategas políticos del PRD quisieron jugar un juego alterno para descalificar a otros y potencializar a aspirantes a candidatos del 2014 y 2019. Fue un juego sucio y para perder. Primaron los mezquinos intereses personales por encima de los intereses del partido y del país.
Ahora les corresponde pagar las consecuencias. Yo preveo que al PRD le pasará lo mismo que al Panameñismo. Una crisis interna se ve venir y tendrá que renovar su liderazgo, por incapaz e infantil, en materia política. Espero que la renovación sea sin mayores complicaciones, porque de que se van, se van los que se tienen que ir.
Lo que le ha pasado al PRD por culpa de su dirigencia es como cuando al más fuerte y saludable del barrio le dan una guantera de señor padre por un raquítico joven que sabe mover bien los puños y aprovechar las oportunidades para golpear donde más daño puede hacer.
Al partido más fuerte, mejor organizado y más grande del país le han dado una tunda de golpes que lo noquearán el 3 de mayo con un porcentaje de votos mayor que el que sacó Martín Torrijos, si las elecciones fueran hoy. Díganme si esto no es una chambonada en estrategia electoral. El hazmerreír de la política panameña.
Tambaleándose con todo lo bueno que dice haber hecho por el país en estos cinco años de gobierno. Nada más y nada menos que por un partido “rookie” y un candidato “rookie” que poco ha estado en las lides políticas. Parangonando con la canción de Rubén Blades “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, al PRD hay que tirarle un salvavidas para que no se desmantele, y buenas son las palabras de Ricardo Martinelli anunciando que escogerá inclusive de los mejores en el PRD para gobernar. Tírenle una toalla por favor.
Los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de mayo ya parecen estar definidas. La constante que ha mantenido el candidato presidencial Ricardo Martinelli y el amplio margen de distancia frente a su contrincante Balbina Herrera me quita cualquier duda sobre quien será nuestro próximo Presidente de la República.
Pasó lo que manifestamos en bitácoras anteriores. Balbina Herrera, al ser impulsada por algún sector empresarial y por altas figuras de su partido, incluyendo altos personeros de la esfera gubernamental, la hicieron caer en una zanja. Este fue el mayor despropósito que se le puede hacer a una figura pública. Tenía su Alcaldía de Panamá asegurada. La marearon y allí están los resultados, a escaso un mes de las elecciones. ¿Hubiese podido ser diferente? Yo creo que sí.
Estas elecciones la decide la oposición, porque la candidata polarizó al país. Con otra figura, al PRD le hubiera podido ir mucho mejor. Lamentablemente los analistas y estrategas políticos del PRD quisieron jugar un juego alterno para descalificar a otros y potencializar a aspirantes a candidatos del 2014 y 2019. Fue un juego sucio y para perder. Primaron los mezquinos intereses personales por encima de los intereses del partido y del país.
Ahora les corresponde pagar las consecuencias. Yo preveo que al PRD le pasará lo mismo que al Panameñismo. Una crisis interna se ve venir y tendrá que renovar su liderazgo, por incapaz e infantil, en materia política. Espero que la renovación sea sin mayores complicaciones, porque de que se van, se van los que se tienen que ir.
Lo que le ha pasado al PRD por culpa de su dirigencia es como cuando al más fuerte y saludable del barrio le dan una guantera de señor padre por un raquítico joven que sabe mover bien los puños y aprovechar las oportunidades para golpear donde más daño puede hacer.
Al partido más fuerte, mejor organizado y más grande del país le han dado una tunda de golpes que lo noquearán el 3 de mayo con un porcentaje de votos mayor que el que sacó Martín Torrijos, si las elecciones fueran hoy. Díganme si esto no es una chambonada en estrategia electoral. El hazmerreír de la política panameña.
Tambaleándose con todo lo bueno que dice haber hecho por el país en estos cinco años de gobierno. Nada más y nada menos que por un partido “rookie” y un candidato “rookie” que poco ha estado en las lides políticas. Parangonando con la canción de Rubén Blades “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, al PRD hay que tirarle un salvavidas para que no se desmantele, y buenas son las palabras de Ricardo Martinelli anunciando que escogerá inclusive de los mejores en el PRD para gobernar. Tírenle una toalla por favor.
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