La Prensa. 14 de mayo de 2009. Panorama
Leonardo Flores
Cada uno de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Democrático (PRD) se ha inventado una excusa para no hablar de los problemas internos del colectivo oficialista.
Balbina Herrera, la presidenta, les pide a los periodistas que no se le acerquen porque tiene gripe. Juan Carlos Navarro, en cambio, omite comentarios cada vez que se le lanza una pregunta sobre la crisis. Todo esto a pesar de que fue él, un día después de las elecciones, el que pidió públicamente que se deslindaran responsabilidades por la “estrepitosa” derrota del 3 de mayo.
El CEN guarda silencio desde una reunión que se realizó en Playa Bonita, en la que se acordó que solo el secretario general y actual presidente de la República, Martín Torrijos, hablaría, moción que se ha cumplido al pie de la letra en las dos últimas reuniones (lunes y martes). Torrijos solo se limita a decir que están en un período de consulta, y que los trapos sucios se lavan en casa. Pero Navarro no se ha quedado callado del todo. Ayer dijo que espera que antes de fin de año se convoque a un congreso nacional para renovar la dirigencia.
“Es una estrategia para evitar que el PRD se desangre con Balbina y Juan Carlos peleándose el liderazgo de la oposición. Y eso le conviene a Torrijos, porque así se mantiene en la palestra pública más allá del 1 de julio próximo”, dice una fuente del PRD.
Mientras tanto, el silencio funciona a medias. Abajo, el PRD empieza a hacer ruido. Ayer, un grupo de ex candidatos a secretario general del PRD, entre ellos, Odisea Pilidez, Geovanni Solís, Carlos Díaz y Silvio Quiñones, emitieron un comunicado en el que solicitaron la renuncia en pleno de la cúpula del PRD.
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